Es una herramienta que recoge, en un solo documento, los principales elementos gráficos de una marca, explicando cómo deben aplicarse visualmente en cada caso y reglamentando sus formas de uso.
Logotipo: explica su significado, su composición y proporciones para evitar su distorsión. Expone los diferentes usos según cada versión, pero también las maneras en las que no debe utilizarse.
Paleta cromática: especifica los colores que la componen con sus respectivos códigos para poder trasladarlos exactamente en cada pieza que se diseñe.
Recursos gráficos: expone las formas, ilustraciones y todos elementos que forman parte de la identidad visual.
Tipografía: explica la familia tipográfica que se utiliza en el logotipo, así como las tipografías complementarias para usar en textos o documentos corporativos, cuáles son para textos de corrido y cuáles para títulos o bajadas.
Soportes y aplicaciones: explica cómo debe utilizarse la parte visual de la marca ya sea en papelería, redes sociales o en cualquier pieza que se desarrolle.
Es un documento muy importante porque delimita los usos gráficos de la marca para que siempre sea clara, coherente y homogénea en cualquier soporte. Así se garantiza la cohesión en la comunicación visual de una marca, permitiendo que sus diferentes públicos la identifiquen y la reconozcan, independientemente de dónde la vean aplicada.